El ambiente en La Romareda era de gala
Pasaban las seis de la tarde cuando llegamos a los aledaños de La Romareda. Se respiraba un ambiente de fútbol inmejorable, el de las mejores citas, el que se respira cuando se lucha por el todo o nada. Y encima acompañado con un calor veraniego que invitaba a echarse a la calle.
En esas llegó el Real Madrid y estalló la euforia entre los cientos de aficionados que esperaban al equipo y sobre todo al nº9, ese ídolo de masas. Ya sólo quedaba esperar al inico del partido pendientes de lo que hacía el Barcelona, que jugó antes.
Una vez dentro es apasionante disfrutar de un estadio sencillo, viejo y apasionado. Incluso resultaba acogedor el balcón de prensa desde el que vi el partido, en la parte superior de la tribuna. Allí se palpaba la tensión de la afición maña y de algún miembro técnico como el entrenador de porteros local, que se mordía las uñas con sus familiares.
Empezó el partido rodeado de un colorido ambiente en las gradas. Durante los primeros minutos, ya algo trabados, se podía deducir cual iba a ser la tónica del partido. Y es que los blancos se encontraron con un Zaragoza muy agresivo y dispuesto a vender cara su piel para no caer al descenso. Sin embargo el Madrid debía ganar ya que conocía la victoria del Barça.
Los primeros 45 minutos fueron en de ese estilo, con un juego lento y espeso en el que de vez en cuando se podía ver a Ronaldo o Guti intentado hacer de las suyas, mientras los maños intentaban combinar más de tres pases seguidos. En eso llegó el fantasma de las lesiones y se llevó a Van der Vaart para todo lo que queda de temporada, y a Suazo lo retiró una lesión en el hombro.
Les sustituyeron Raúl y Colunga respectivamente, y fueron estos los protagonistas en la segunda mitad. Raúl porque se lesionó, también para todo el año. Sin embargo, ya lesionado y habiendo pedido el cambio, tiró de oficio, coraje y rabia para acompañar una jugada de Higuain y Cristiano que el mismo acabaría rematando a gol. Fue quizás el último suspiro del capitán, pero siempre ahí hasta el final. Luego se retiró como un dios ovacionado por La Romareda, le ´remplazó Kaka'. Podía ser un bonito final de la historia, veremos que pasa. Decir que yo mismo le vi salir del partido con el balón en la mano, quizás quiera decir algo eso.
Colunga, por su parte, aprovechó un buen pase entre líneas de Aguilar, se marchó de Iker y marcó raso. El empate puso el partido patas arriba, agresión y expulsión de Contini incluidos. Y casi al final, llega el mago brasileño y marca el gol de la victoria para resarcirse con orgullo de todo lo que se le está acusando. Y tres puntos.
Al final todo el mundo se quejó de la dureza del partido: Gay, Ander, Pellegrini, las dos aficiones...
El Madrid sigue peleando la liga y los maños viéndoselas para mantenerse en Primera. Esperemos que ambos cumplan sus objetivos.
En zona mixta pudimos ver, como ya he dicho, a Raúl salir con el balón del partido y cojeando; a Kaka' declarar en los medios orgulloso y negando todas las suposiciones sobre su lesión; a Cristiano muy contento; Ander muy indignado....hubo de todo.
Sin duda una experiencia magnífica.
Pellegrini en sala de prensa
Con Cristiano y Marcelo en zona mixta