Como una especie de premonición, circunstancias extrañas están sobrevolando la víspera de la final de la Europa League entre el Atlético de Madrid y el Fulham inglés. Puede que más de uno dé al atlético el privilegio de ser favorito en la batalla que mañana dirimirán ambos conjuntos, pero nada más lejos de la realidad. El atleti es famoso por hacer fácil lo difícil y, al contrario. Recordemos alguna de las pifias del conjunto de rayas rojas y blancas como aquella final de Copa de Europa ante el Bayern de Múnich que desperdició recibiendo un tanto en el último minuto cuando ya estaba prácticamente alzando el trofeo con las dos manos, la derrota en la final de la Copa del Rey ante un Espanyol al que Toni Muñoz brindó un gol que quedará maldito en las retinas rojiblancas, u otras menos lejanas, que no por ello dolorosas, como la eliminación de la Champions del año pasado por parte de un Oporto al que sencillamente no tuvimos narices de plantar cara.
Aludimos a estos errores rojiblancos con el único objetivo (espero no haber despertado viejos fantasmas) deunir nuestras fuerzas y poder superar complejos históricos en pos de hacer el tan ansiado doblete esta temporada. Y es que un Quique genial ha devuelto la ilusión a un equipo que parecía muerto a principios de temporada, coronándolo con el sufrimiento por bandera en las dos finales que en el plazo de 8 días va a disputar.
Estos días asistimos a cómo muchos de nuestros aficionados están sufriendo lo indecible para llegar a Hamburgo debido a la nube volcánica de Finlandia. Ésta, va a dejar en tierra a más de uno, quién sabe dónde, embutido, eso sí, en su camiseta atlética y en un sinfín de ilusiones. Y, por si fuera poco, al Rey de España le ha dado un chungo del que se está recuperando. ¿Es porque el Atlético ha llegado a la final de Copa? ¿Es que su Majestad no quiere ver al Atlético alzar tras 14 años un trofeo? Sólo sé que si los aficionados del Fulham o los del Sevilla sueñan, nosotros, aunque más de uno ya no podemos ni pegar ojo, soñamos mucho más fuerte...
Aludimos a estos errores rojiblancos con el único objetivo (espero no haber despertado viejos fantasmas) deunir nuestras fuerzas y poder superar complejos históricos en pos de hacer el tan ansiado doblete esta temporada. Y es que un Quique genial ha devuelto la ilusión a un equipo que parecía muerto a principios de temporada, coronándolo con el sufrimiento por bandera en las dos finales que en el plazo de 8 días va a disputar.
Estos días asistimos a cómo muchos de nuestros aficionados están sufriendo lo indecible para llegar a Hamburgo debido a la nube volcánica de Finlandia. Ésta, va a dejar en tierra a más de uno, quién sabe dónde, embutido, eso sí, en su camiseta atlética y en un sinfín de ilusiones. Y, por si fuera poco, al Rey de España le ha dado un chungo del que se está recuperando. ¿Es porque el Atlético ha llegado a la final de Copa? ¿Es que su Majestad no quiere ver al Atlético alzar tras 14 años un trofeo? Sólo sé que si los aficionados del Fulham o los del Sevilla sueñan, nosotros, aunque más de uno ya no podemos ni pegar ojo, soñamos mucho más fuerte...
Víctor Franco Alonso
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